Ana María Cueto
La residencia para mi ha sido como una segunda familia durante los 5 años que he estado allí, un lugar seguro donde refugiarme cuando estaba mal. Sus monitores, tutoras y directiva son increíbles y serviciales, siempre dispuestos a ayudarte en todo lo que esté en su mano. Si me dieran la oportunidad de revivir esos 5 años sin duda los repetiría, me llevo una familia muy grande de este sitio tanto con mis compañeras como con el equipo que trabaja día a día para hacer que aquello salga adelante y sea ese segundo hogar para muchos niños y niñas.
Atentamente, Pajarillo.